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ESCUELA NEI  JING  KALI

25 DE MARZO DEL 2018

ORACIONES  DEL  Dr J.L.Padilla C.

TEMA: LA CONSCIENCIA HUMANA 

LLAMADA ORANTE

Consciencia Transformada

La Constitución de nuestra consciencia... se ha ido labrando a través de las consciencias que nos albergaron en nuestra llegada: familiares, padres, amigos, cuidad, alcalde, presidente, religiones, filosofías...

Fueron labrando nuestra tierra de vida como si fuera su tierra. Nos labraron, nos labraron hasta la extenuación. Y nos sacaron cosechas y cosechas que no queríamos; pero éramos débiles, sin recursos.

Por temor y por miedo obedecíamos y obedecíamos.

Nuestra consciencia se fue configurando así según el gusto del poder, que ahora se encarnaba en papá, en mamá, luego en las amistades, más tarde en los estudios, luego en el trabajo, luego en la convivencia competitiva, luego en la vejez.

Y parecía todo estar muy bien ordenado.

Poco a poco..., a poco que nos descuidábamos, nuestra consciencia se iba identificando cada vez más con los presupuestos que nos enseñaron.

En unos sitios eran verdes, en otros azules, en otros amarillos; pero todas eran, como dice la canción, “Little boxes”, pequeñas cajitas. Unas amarillas, otras azules, otras verdes, unas tibetanas, otras hindúes, otras cristianas, otras judías, otras musulmanas, otras nihilistas, otras ateas, otras conductistas, otras sicoanalistas, otras materialistas, otras científicas...; pero todas ellas eran pequeñas cajas de diferentes colores.

Y sin darnos cuenta, pero sospechando que no era así, se fueron incorporando a la legión de lo inamovible; y aunque nos decían -por alguna noticia- que el universo se movía, que estaba en distintos lugares, que... Eran noticias... ¡vaya usted a saber!

~ 143 ~

Peregrinaje OranteLa materialización de la consciencia se había logrado; ahora había que pensar en lo que manda la ley de los cánones. Ahora te tienes que enamorar, ahora te tienes que casar, ahora tienes que tener hijos, ahora tienes que trabajar, ahora tienes que buscarte la pensión, luego una buena residencia y a morir tranquilamente.

Y en algún momento preguntarte: De verdad, ¿esto es así?, porque no sé... no le acabo de ver la gracia. Porque... ¡Ah!, la gracia. ¿Eso qué es? ¡Ah!, pues la gracia es un... bueno, un plus que te dan al llegar a la Vida desde la Existencia, y tienes una gracia.

Una gracia para reír, para hablar, para cantar, para cocinar..., para quién sabe, pero tienes gracia.

Todos tienen gracia. Una gracia especial. Y parte de que las cosas pueden ser diferentes reside en inspeccionar en: ¿Qué gracias tengo? ¿Cómo puedo colaborar yo con mis gracias para que otras gracias se junten y hagamos una comunidad agraciada, no desgraciada. Agraciada por el Aliento Creador que nos ha gestado.

¡Ah!, eso parece ser otra cosa, pero... -y es una de las palabras que habría que sublimemente disolver-:“Pero”.

Ocurre que dentro de ese sistema en el que me han educado, me han tocado, me han manejado, me han manipulado, me han asilvestrado, me han hecho lo que soy, aunque yo no sé quién soy, pero me han hecho así.

Estoy relativamente seguro, ¿sabe?, y entrar en otras perspectivas me da miedo, he sido educado para que tenga miedo.

He sido educado para que todo lo que no sea de lo que me establecieron, de las abscisas y coordenadas que me establecieron, lo tema. Temo a esto que no lo conozco, me temo que a lo mejor no puedo ni poseer.

No es fácil, ciertamente. Pero el sentido orante nos promueve para que a través, justamente, de la oración, nos vayamos dando cuenta de los entornos que a cada uno nos toca, que posibilitan ese vivir milagroso, que posibilitan esa renovación permanente.

Nos educaron a que “más valía lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Porque ahí, en lo malo conocido, nos sentíamos seguros, porque casi siempre iba a pasar lo que estaba previsto.

Y así, fuimos llenándonos de materia y más materia. ~ 144 ~

Hasta que... un poema parecía una obscenidad; una ilusión parecía un insulto; un ensueño parecía una grosería. Nos fueron relegando a un mundo cada vez más práctico, más rápido, más cómodo, más fácil, más confortable; y lo que no tuviera esas características era malo, era inadecuado, era impropio. Y eso cualquiera lo puede descubrir en sí mismo.

La oración nos demanda -sin mandato oficial-... nos demanda a que indaguemos en sus pistas, en sus providencias, en sus provisiones. Para que vayamos gestando nuevas opciones, que podamos ir enlazándolas con otros, y con otros, para que seamos una comunidad viviente capaz de ofrecer otros niveles de calidad.

Gestar ese estado de “locuerdo”, en el que la locura de lo bueno por conocer se conjuga con las cuerdas anudadas, para desnudarlas, para desanudarlas. Por eso, la postura de “locuerdo” es de aquél que, no solamente se alimenta de lo que se cura, sino que, además, muestra y enseña a otros cómo curarse; cómo librarse de las eslingas, de las obleas, de los remaches, para ser un testimonio de vida diferente.

Seamos, por un momento, consecuentes. Y, aunque sea por un segundo, poner en nuestras pequeñas vocaciones, deseos, alegrías...: futuras referencias.

Y no se trata sólo de mejorar, sino que se trata de dimensionarnos bajo otras coordenadas, de disponernos bajo otras referencias.

Al recordar -porque lo nuevo está naciendo- lo viejo, que nos retenía, lo reciclamos como represor; y lo nuevo lo hacemos crecer, como liberador.

Lo nuevo lo hacemos crecer como liberador.

Ahondemos en ese nuevo panorama dimensionado de “lo bueno por conocer”. Disolvamos lo malo conocido, que tanto bloqueo nos ha dado.

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