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LEMA ORANTE

“Clemencia, Misericordia y Bondad “

JLP 30032025

 

Clemencia, Misericordia y Bondad…

Facetas que gravitan, indudablemente –según nuestra capacidad de consciencia-, sobre… ¬–gravitan- sobre la vida.

 

Y podríamos decir esas palabras para justificar el cuido que sobre este Universo se ejercita en este lugar.

 

E interpretamos que hay Clemencia, Misericordia y Bondad sobre lo viviente… con objeto y fin de reconocer al Misterio Creador.

 

Sin duda, es una forma o fórmula muy pequeña.

 

Somos muy pequeños.

 

Y esa llamada también podría entenderse –Clemencia, Misericordia, Bondad- como… una actitud de perdón a lo humano, a lo viviente, como si estuviéramos transgrediendo continuamente la ley de la vida.

 

Y podría hacer que nos sintiéramos culpables…

 

Más bien interpretamos que la Clemencia es esa facultad de un Misterio Creador, que sabe asumir nuestras evoluciones, nuestras dependencias, nuestras ‘in-clemencias’…, pero no porque hayamos cometido un delito.

 

De igual forma, la Misericordia se interpretaría como ese Amor que se derrama, que es tan grande… que nos llega. Y lo necesitamos, porque es la fuente de la vida.

 

Y la Bondad estaría en el muestrario de todos los recursos, de todos los medios que la Creación ha dotado y de los que dota permanentemente.

 

Eso no nos exime de responsabilidades. Por supuesto que no.

 

Pero situándonos en ese tipo de Bondad, Misericordia y Clemencia, no habrá que huir del error, no habrá que temer al castigo, no habrá que esconderse del pensamiento… sino más bien descubrir nuestros errores, defectos, desviaciones… y ponerlas en sintonía de esa Clemencia, de esa Misericordia y de esa Bondad.

 

No es la norma de nuestra naturaleza ejercitarnos en el error, en el horror, en el miedo…

 

Es función de nuestra naturaleza el descubrir, el aprender, el alegrarse, el jugar.

 

Puede parecer muy idílico, pero… no lo es. No lo es, y es la referencia ante este estilo de vivir competitivo, angustioso, miedoso, seguro…; con prejuicios, discriminaciones, guerras…

 

Cada vez más, un pensar condenatorio nos sitúa en posiciones irresolubles, en posiciones incambiables… cuando resulta que se nos ofrece un universo pleno de innovaciones, de descubrir, de aprehender, de evolucionar.

 

Si actuamos bajo las premisas liberadoras, esas que nos permiten el vuelo de la imaginación, de la fantasía, de la creatividad…, no hay que temer a la culpa ni al error.

 

Son prejuicios establecidos para establecer una escala de valores, según los cuales, los más poderosos establecen las reglas, suplantando al Misterio Creador, liberador, e implantando las libertades: esos escuetos retazos que permiten los poderes, a cambio siempre de algún beneficio; un nuevo beneficio.
 

La Creación espera, de lo viviente, un resplandor permanente.

 

La Creación, el Misterio, clama, al creyente, una implicación completa, sin reservas ni miedo.

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